20 mayo, 2020
Sí, la vida no se detiene. Afortunadamente, y como siempre decimos, quedan muchas historias por contar. Y así ha sido el caso de Francisco, que el lunes, el día de apertura, encargó algo especial. Especial y sencillo, como es Elena. Especial porque guarda el inicio de una aventura. Especial porque anuncia algo mágico. Sencillo porque sus líneas son una oda al diseño natural, sobrio y discreto.
Un anillo solitario para conseguir un “sí, quiero”. Un solitario para cambiar un yo por un nosotros. Una joya que simboliza el comienzo de algo hermoso.
Francisco nos lo hizo saber: Elena es sencilla. Por eso, para agradarla, por sorprenderla, eligió algo sencillo. Un aro tipo media caña, sin florituras. Un chatón sencillo, que albergase algo bello. Un diamante coqueto, comedido, de 0.08Cts. Pero sin renunciar a un buen grado de calidad: color G y pureza VS. Certificado por nosotros. Con garantía de nuestro laboratorio gemológico.
Y así ha sido, de lo dicho al hecho. En dos días hemos realizado la joya que lucirán las manos de Elena anunciando su futuro compromiso.