6 febrero, 2019
Menos NO es más.
Últimamente está muy de moda el minimalismo. Nos convencen de que poco y pequeño es mejor. Nos venden el minimalismo como la clave de la elegancia. Sin embargo, menos NO es más. Sin ir más lejos, muchas son las celebridades y
miembros de la realeza que muestran su buen gusto con grandes y elegantes joyas. No son pocas las princesas y reinas que aprovechan eventos para engalanarse con lo mejor de su joyero. ¿Y por qué? Porque una buena joya es el símbolo de la elegancia. Una gran joya es el summun del buen gusto y muestra de la personalidad. La exquisitez radica en la capacidad de lucir las joyas en combinaciones acertadas. No queramos ponernos todas a la vez. Pero la combinación de varias son el verdadero motivo de la elegancia. Por eso, menos NO es más.
Muchas veces llegan novias centradas en el protagonismo del vestido, incluso las hay que eligen joyas según el vestido escogido. Craso error. El vestido podrá ser centro de atención una sola vez. Una única velada con él. Es una atuendo importante pero, al fin y al cabo, pasajero. Una joya es para siempre. Es otro recordatorio de nuestro compromiso adquirido en el matrimonio. Unos pendientes, una gargantilla, un anillo, son y serán una inversión. Una herencia que pasará de madres a hijas, de abuelas a nietas. Una joya es eso: una JOYA. Valiosa e imperecedera.
No nos dejemos llevar por el minimalismo. Menos NO es más. Atrevámonos a lucir conjuntos. Una anillo a juego con pendientes. Una gargantilla o incluso una pulsera. Desempolvemos nuestra elegancia, luzcamos radiantes y bellas. Aumentemos nuestro brillo propio con el que otorgan las joyas. Otro complemento puede ser pasajero, pero nuestras joyas no pasarán. Podemos pulirlas, actualizarlas, cambiarlas a tu gusto. Y siempre serán JOYAS.
Babette Baca Baier.