19 noviembre, 2020
Tal como rezaba la canción de Percy Sledge when a man loves a woman, es como titulamos hoy nuestra entrada a nuestro blog. Y es que hoy vamos a contar la historia de amor de Daniel y Rocío a través de su anillo de compromiso. No, esta no es una historia más, ya que se podría hablar de devoción en su más puro estado. Si creías que el amor tal como lo pintan en los cuentos es irreal, estás equivocado. Ellos dos podrían inspirar a toda la Humanidad.
Daniel y Rocío llevan 13 años de amor, y en breve (seguramente mientras leas estas líneas) estarán comprometidos. Bonito, ¿verdad?
Daniel nos encargó el anillo que simboliza el paso más firme en una pareja: el compromiso. Para ello vino a asesorarse sobre anillos de compromiso, y nos describió los gustos de Rocío. El anillo habría de ser sencillo, y a la vez femenino y fuerte. Además debería de llevar un diamante de una calidad alta, dada la importancia del regalo.
Daniel puso toda su confianza, como ya lo hace su familia, en Gutiérrez Joyeros. Eligió un diseño e hizo el encargo. A partir de ahí empezó la aventura de este precioso anillo. Como cualquier cliente de Gutiérrez Joyeros, se puede tutelar todo el proyecto de fabricación de la joya. A que a partir del encargo de la misma, el cliente es informado de cada proceso por fotos. Al día siguiente del encargo, Dani ya recibió el diseño digital en 3D: las fotos renderizadas ya le mostraban la futura realidad de su anillo:
(Daniel recibió desde el principio una información puntual del estado de elaboración de su anillo recibiendo renderizados como estos)
El siguiente proceso fue el de imprimir en cera dicho diseño. El siguiente, fundir el anillo para su posterior desbarbado, tal como figura en la foto, ya listo para recibir la piedra:
(en esta foto podemos ver el diamante ya fuera del blíster y con un punto en azul para señalar el código láser)
El diamante elegido por Daniel fue un 0.25Cts color G y nivel de pureza VS. Somos gemólogos y trabajamos según los estándares del International Gemological Institute. Los diamantes del IGI traen un grabado a láser en el filetín. En la foto, se puede apreciar una marca azul (un puntito) en el diamante. Lo hacemos para señalar dónde está ese micro grabado láser para, a la hora de engastar, dejarlo visible entre patilla y patilla.
Una vez llegados a este punto, ya sólo queda engastar la piedra, volver a pulir el anillo, y dar el rodio final. Y ya podemos decir que la joya está preparada para su cometido: un rotundo “Sí, quiero”.
Enhorabuena, pareja. Sois fuente de inspiración.